Jaime Sánchez Rivas
No tenemos ninguna duda y sí tenemos las pruebas que tras el injusto proceso de criminalización que enfrentan los Defensores de Derechos Humanos de ADES y Santa Marta, el gobierno salvadoreño esconde su estrategia de generación de miedo y desmovilización en el sector social organizado y preparar así las condiciones para modificar o derogar la Ley de Prohibición Minero Metálica de 2017, permitiendo así la instalación de proyectos extractivistas en el país.
Tenemos pruebas y ninguna duda que Antonio Pacheco, Miguel Ángel Gámez, Alejandro Laínez García, Pedro Antonio Rivas y Saúl Agustín Rivas, son Defensores del agua, del territorio y de la vida, son personas comprometidas con el bienestar de sus familias y de su comunidad.
Nos acompañan nuestras certezas, incluido el no dudar que el proceso contra los 5 de Santa Marta y ADES es injusto, arbitrario y violador de Derechos Humanos y por ello seguro y sin dudar ADES y Santa Marta van allá donde quieran escuchar para decir que tenemos pruebas y no tenemos ninguna duda.
Eso es lo que con total confianza seguimos repitiendo, así como lo hicimos el 22 de marzo en el Parlamento Vasco, lo mismo en lo que seguiremos insistiendo en foros, conversatorios y espacios donde haya alguien que desde la solidaridad global quiera acompañar la lucha por la vida que las comunidades como Santa Marta y organizaciones como ADES desarrollan día a día.
En sintonía con las voces de mujeres, población LGTBI, defensoras de Derechos Humanos y familiares de personas detenidas bajo el régimen de excepción que El Salvador vive desde marzo de 2022, es de poner en valor la aprobación por parte del Parlamento Vasco de la Proposición no de ley, donde demuestran su preocupación por el retroceso democrático que se observa y la vulneración de garantías a personas defensoras de derechos humanos.
Igual que el Parlamento Vasco, Santa Marta y ADES hacen el llamado a Naciones Unidas y Unión Europea a volver su mirada hacia El Salvador y ser vigilantes del cumplimiento de los Derechos Humanos y a seguir con atención las amenazas que el movimiento social, LGTBI, ambiental y de mujeres enfrentan.
La razón nos acompaña, no tenemos dudas de lo necesario de la lucha.