Hace años que andamos dándole vueltas a las implicaciones políticas, sociales, emocionales del concepto cuerpo-territorio del que tanto nos siguen enseñando nuestras compañeras de los Sures. La forma de habitar y defender el cuerpo-territorio transforma la manera de entender las luchas, la forma de acercarnos al ecofeminismo desde otras coordenadas.
El pasado mes de noviembre Dominika Kucmierczyk dinamizó una sesión de la Escuela de Activistas en la que pudimos imaginar, sentipensar otros modos de producir y habitar las tecnologías desde el cuerpo. La metodología empleada se basó en los principios del cuerpo como territorio, metodología desarrollada desde varias colectivas feministas del Sur vinculadas a la Educación Popular.
A través de una meditación guiada, Dominika nos condujo hacia lugares diversos donde poder ir conectando desde una visión integral del cuerpo las diferentes maneras de entender la tecnología. Primero, las asistentes dibujamos la base, para poco a poco ir transitando lugares en los que trabajamos, en los que estamos por ocio, aquellos que nos alegran, visitando otros que nos atraviesan o nos hacen sentir inseguras, espacios de lucha, espacios de conflicto… De cada uno de ellos, elegíamos el lugar donde colocarlo, el tamaño, el color, cómo se vincula con los demás.
Empezamos desde lo individual, tratando de revelar los ensamblajes de poder que configuran nuestros cuerpos virtuales, hacia un sentipensar más amplio que aúne nuestras similitudes colectivas. Hay frases que se repiten: tengo miedo a la imagen que puedo estar proyectando, siento una adicción creciente, a menudo me pregunto por qué no dedico mi tiempo a otras actividades, las videollamadas me han acercado a gente, no soporto la violencia de algunos anuncios y de determinadas redes…
Al continuar con la reflexión son muchos los temas que aparecen recurrentemente. Nos quejamos mucho de los monopolios de empresas físicas y parece que algo se nos olvida en los espacios digitales. No se nos escapa cómo la actual “moderación” de las redes sociales está potenciando los discursos de odio o cómo se bloquean determinados cuerpos diversos. En nuestro caminar hacia una Internet diversa, segura y libre para todas, valoramos muy necesarios estos espacios de metarreflexión colectiva donde poder tejer resistencias más amplias.