Joseba nos acerca sus reflexiones después del taller sobre el Aprendizaje Basado en Proyectos, destacando la A del acrónimo STEAM como clave para trabajar las competencias transversales en las aulas de ingeniería.
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) entendido como un enfoque educativo orientado al aprendizaje en el que el alumnado aborda problemas reales en grupos pequeños y bajo la supervisión de una persona tutora surgió hace más de 50 años y se ha demostrado como un marco muy útil para fomentar un mayor protagonismo del estudiantado, para conectar los contenidos de las materias con sus intereses consiguiendo así un aprendizaje significativo y para desarrollar habilidades más allá del conocimiento teórico.
Si bien el marco del ABP surgió en universidades de medicina, rápidamente se extendió a otras áreas y, en principio, puede ser especialmente interesante en la educación STEAM.
STEAM es un acrónimo al que se le han dado múltiples acepciones. Si bien la más usual se refiere a la integración de las disciplinas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas en el proceso de aprendizaje.
Escribiendo esta crónica desde una escuela de ingeniería, como opinión personal, la A del acrónimo es la que abre una interesante puerta para introducir aspectos transversales (artísticos, sociales, ambientales, etc.) a las “ciencias duras” que llenan los currículos de ingeniería.
El enfoque STEAM se utiliza para describir un enfoque educativo que busca fomentar la creatividad, la innovación y la resolución de problemas en las y los estudiantes de manera interdisciplinaria y es precisamente este último aspecto, la interdisciplinaridad, la que caracteriza a la mayoría de los problemas a los que nos enfrentamos como sociedad y la que debiera dotar de un carácter de transformación ecosocial a nuestras prácticas docentes en la academia.
El encuentro “Aprendizaje basado en proyectos aplicado a los ámbitos STEAM” organizado por ISF-MGI fue un paso más allá de la ya conocida teoría sobre el ABP y trató de utilizar su propia metodología para construir de forma colaborativa lo que podría ser una secuencia de ABP.
Los ritmos de la academia siguen siendo lentos, los grupos grandes, las inercias de los departamentos y los centros, los rígidos sistemas de evaluación, etc. pero son encuentros como este los que vuelven a demostrar que es posible abordar los procesos educativos desde otras miradas. Miradas siempre colectivas que trasciendan las paredes de nuestros despachos y que permitan entrar a la academia a problemas y necesidades de colectivos que bien podrían convertirse en objetos y sujetos del trabajo docente y de investigación.