Jon Abad
Tras leer varias veces el texto no puedo evitar mencionar la palabra sorpresa, ya que se hace un muy buen resumen de lo que ha sido, es y pretende ser Bután. Sinceramente la idea de medir la riqueza de su país a través de la medición de la felicidad de sus habitantes me resulta práctica, interesante e incluso algo utópica. Es interesante porque yo también creo que la riqueza de una persona no solo se mide mediante lo llena que tiene la cartera, también hay características como el respeto, la cultura, el interés por cuidar la naturaleza que nos rodea, etc. Que hacen que una persona sea o una sociedad sea “rica”, como he podido observar también han sabido aprender de otros países tanto en temas políticos, como en temas tanto tecnológicos o ecológicos, y eso para mi es realmente importante porque una de las mayores habilidades que tenemos los seres humanos es poder aprender los unos de los otros, acción que logra que cada vez podamos estar en más unidos en un mundo cada vez más globalizado.
Sorprendente me parece también que un país que se basa el crecimiento de su sociedad en la felicidad y su supuestamente equidad, sean los primeros en clasificar las diferentes clases sociales a través de bandas de colores. Si buscas una equidad y personas alegres con su vida no considero ético poner este tipo de indumentarias, como una señal de recordatorio de a dónde o qué clase social perteneces. Obviamente no me voy a molestar en mencionar el hecho de que un monarca, en este caso, tenga 4 esposas. O el hecho de haber expulsado a miles de nepalíes por el simple hecho de ser nepalíes, racismo y clasismo en una sociedad que considera la felicidad de su país la forma de medir la riqueza del mismo. Todos estos casos hacen, a mis ojos por lo menos, que el país sea más pobre en ética, respeto, empatía y cultura. Aunque viendo desde una perspectiva más lejana desgraciadamente no es algo que solo haya ocurrido en Bután, en España mismamente se devuelven a personas a sus respectivos países por el simple hecho de haber nacido tras una valla. Personalmente hablando creo que no hay mayor riqueza que compartir entre todos las diferentes riquezas de las que poseemos.
Según lo leído en el texto hay ciertos colectivos del país que no llegan a participar en la encuesta, aunque sinceramente no creo que sean menos felices por no estar dentro de la sociedad que lo responde, ya que creo que a su forma ellas y ellos también pueden ser felices ya que así es el mundo que conocen, el mundo en el que viven. Y es que todo esto es algo que desde hace tiempo llevo pensando, y es que yo no quiero ser feliz por el dinero, la casa o las vacaciones que tengo o puedo tener, quiero ser feliz disfrutando de lo que tengo, de mi familia, de mis amigos, no quiero que el día de mañana me quite tantas horas de vida que no pueda disfrutar de la familia que quiero tener, quiero ser feliz como la gente que me rodea me enseña cosas que no se, de la misma forma que yo también pueda enseñar, disfrutar de las diferentes culturas, que disfruten de la mía, poder aportar a la sociedad en la que vivo y ver que sirve para progresar, no solo desarrollar. Con esto quiero decir que no considero que haya un progreso si el desarrollo solo sirve para unos y no para todos. Y que la felicidad es muy difícil de medir o cuantificar por el simple hecho de que es un sentimiento, algo abstracto, la cual proviene muchas veces de un ambiente, un estado, un lugar o una situación (algo material).
En resumen, creo que cada uno tiene que buscar o crear sus vías para ser feliz como queramos, siempre y cuando esa felicidad sirva permitir o fomentar un buen progreso social donde todas y todos tenemos el derecho de ser felices.