Como cada año, Ingeniería Sin Fronteras del País Vasco se suma al Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
El ámbito en el que nos movemos, la universidad, y en concreto la ciencia y la tecnología, además de estar muy masculinizada, se encarga de transmitir valores masculinistas: las asignaturas responden a lógicas mercantilistas que favorecen a las empresas y el sistema de evaluación es individualista y basado en una meritocracia que no atiende a las desigualdades de partida. El problema, por tanto, no es sólo que la presencia de las mujeres siga siendo muy escasa, sino más bien el modelo de ciencia y tecnología que estamos creando.
No hay que olvidar que el modelo energético y la tecnología que estamos creando y desarrollando en los países del Norte Global tienen una influencia directa en los países empobrecidos del Sur Global y que sus consecuencias las sufren sobre todo las mujeres de dichos países. Por eso, son ellas las que están poniendo el cuerpo en primera línea con sus luchas por la defensa del territorio.
Frente a ello, apostamos por la educación crítica para hacer frente a la disciplina jerárquica anteriormente mencionada. Frente a las ciencias y tecnologías exclusivistas, reivindicamos un modelo que esté al alcance de todas, que se adapte a las necesidades y contextos de pueblos y personas y que se base en el cuidado de la naturaleza. En este último caso, entre los grados que se ofrecen en la universidad, existe una notoria brecha entre mujeres y hombres que se encuentran en los grados relacionados con el cuidado, siendo las mujeres las que ejercen mayoritariamente este tipo de estudios. Lo mismo ocurre con los TFG y TFM que se llevan a cabo en la Transformación Social, en las que, proporcionalmente, predominan las mujeres. En este sentido, este año hemos prestado especial atención a las metodologías feministas que consideramos necesarias integrar en los proyectos, dando más importancia al proceso que al resultado. El objetivo es no limitar nuestra actuación feminista a la acción más visible, sino evitar contradicciones entre la acción y su elaboración.
Por otra parte, la universitaria no está compuesta únicamente por estudiantado y profesorado; la secretaría, la reprografía, la cafetería, el servicio de limpieza, las asociaciones… Son un agarre imprescindible para el correcto funcionamiento de la universidad. En estos sectores que dejamos en el olvido cuando hablamos de la universidad, predominan las mujeres. Esta invisibilización, sin embargo, no es casual, sino un reflejo de la sociedad patriarcal. Desde Ingeniería Sin Fronteras queremos mostrar nuestra solidaridad a las trabajadoras de la limpieza que iniciaron la huelga el pasado 2 de marzo y a la lucha que se está llevando a cabo.